Un horizonte común es posible
Creemos un futuro con un presente continuo de amor, para que jamás exista un pasado que queramos olvidar. Que siempre sea hoy en felicidad, en saber que se hizo lo mejor y que no hay lugar para la queja ni el reproche. Respirar seguridad en la confianza interior, en lo posible del horizonte común, en el comienzo de un renacimiento con pensamientos de cambio, de unidad, sin lugar para el odio ni la venganza, trascendiendo la energía de vida que da progreso al alma, habiendo aprendido con esta dura prueba que existe un mañana.
Darcy Mell
*
Águila monstruosa la vida huye
un pájaro sin plumas
entibia
la hojarasca rubia
corona de un otoño ajeno
vayamos al balcón –amor-
a pisar hojas secas
como niños
nadie en la ciudad
ahora hago las tostadas – amor -
entibia
la hojarasca rubia
corona de un otoño ajeno
vayamos al balcón –amor-
a pisar hojas secas
como niños
nadie en la ciudad
ahora hago las tostadas – amor -
miremos la vida que nos queda
la vida huye
como un águila monstruosa
hacia el poniente
nadie en la calle
volemos –amor-
aunque sea del pico
de un águila
ciega
la vida huye
como un águila monstruosa
hacia el poniente
nadie en la calle
volemos –amor-
aunque sea del pico
de un águila
ciega
Mirta
Venezia
*
Una boa constrictora
acecha
─si no corres
te ahogará en su abrazo─.
Con la uñas roídas
y los pies cansados
huyes como presa
buscando alivio a la zozobra
y en la tregua del sueño
─cuando todas las respuestas
respondan a tus dudas─
encontrar la calma.
acecha
─si no corres
te ahogará en su abrazo─.
Con la uñas roídas
y los pies cansados
huyes como presa
buscando alivio a la zozobra
y en la tregua del sueño
─cuando todas las respuestas
respondan a tus dudas─
encontrar la calma.
María
Cristina Sorrentino
*
FELIZ CUMPLEAÑOS
- ¿Sabés hacer
guirnaldas?, preguntó ella.
- No, cuando era pibe se
compraban para los cumpleaños, al igual que los banderines, bonetes y
cornetitas.
- Hacéme un favor,
prosiguió ella, alcanzáme ese papel crepé y preparate unos mates ¿dale?.
Él fue hasta la cocina,
hizo lo solicitado, volvió al living y se sentó al lado de ella, cebó mates,
ayudó a doblar, encolar, estirar, y miró el procedimiento minuciosamente.
Estuvieron casi dos
horas confeccionando guirnaldas. Hasta que ella rompió el silencio:
- ¿Aprendiste?
- No, respondió él. En
cambio me vino a la memoria una cometa de casi dos metros de altura, mucho
viento que la hizo remontar y la rotura del hilo chanchero. Además de un sinfín
de pibitos corriendo a encontrarla, como el trofeo más preciado de todos los
barriletes.
- Y... ¿encontraron la
cometa los chicos?, dijo ella.
- ¿La verdad? No lo
recuerdo, solo veo que muchos pibitos salen corriendo a buscar el inmenso
barrilete.
- Cuando era chica mi
viejo no le hacía cometas a mi hermano, pero ¡se mandaba cada bomba de cinco
puntas que ni te cuento!, ¿me pasarías otro mate?
- Ya debe estar lavado y
frío, le dijo él.
- Mejor, respondió ella,
a veces me gustan dulces y fríos. A las bombas también le ponía flecos y
zumbadores, y depende donde la remontara, le ponía hojitas de Gillette por si
había guerra.
Se miraron y besaron
dulcemente y así... como los últimos mates.
Martin
Bermello
*
PALOMAS
Un cóctel de
imprudencia
se resguarda
en los taxis,
en el punto
ciego del semáforo;
penitente
súplica en el cartel
con los
avisos.
El amarillo sin
precaución
encubre
escarabajos;
es el rojo
otro circo con drones y altavoces;
no hay verde
que se refugie en este mar de peste.
Barcos sin
bandera encallados en la neurosis,
ambulancias
en las tabernas,
perros que
golpean a la puerta de los hospitales.
Y el oxígeno
huye por las
galerías,
amenaza con
falta de aire,
con llagas en
el pecho que no pueden cerrar;
manchas y
tos,
y los
micrófonos de la prensa envueltos en celofán.
Tres palomas
en la casa del árbol.
No saben de
epidemias;
anidan y se
expanden en un coro feliz de procreación,
en un cortejo
de amor que ignora las noticias.
Una ráfaga
viral
besa los
labios del derrumbe,
olfatea los
pichones.
Los humanos
hemos perdido el vuelo.
Están los
pies sujetos a grilletes de sábanas.
Copyright Teresa
Palazzo Conti
*
EL GATO QUE ME VISITA A MENUDO
De
Lidia Rissotto
Hay
un gato que me visita a menudo.
Es
un tigrecito de rayas oscuras sobre el pelo claro que se extiende hasta el
abdomen.
Se
sienta a cierta distancia en el piso de mi balcón; me mira con sus ojos afiladamente grises.
Si
me acerco más de lo que él permite da un salto y se va.
Estos
últimos días ha hecho un tiempo espléndido, templado, sin nubes. Un otoño
perfecto de 2020. Cada una de sus tardes esperé la llegada del gato con un
interés nuevo, con soledad a flor de piel.
Hace
un momento el gato estiró las patas delanteras, arqueado el lomo, entrecerrados
los ojos buscando después el rincón con más sol para tenderse y quedarse
mirándome. Intuyo que quiere decirme algo.
Vuelvo
al interior de mi departamento y veo grandes titulares en el televisor
anunciando cifras de muertos, advertencias, severas medidas, perplejidad en el
mundo, un asombro que nadie conocía. Por momentos no entiendo lo que veo, no sé
si estoy dentro o fuera de un mundo de ficción. Se desvanecen mis certezas.
Llego
a la cocina con dudas, planteándole posibles respuestas a mi desconcierto.
Finalmente vierto la poca leche que me queda en un tazón y se la alcanzo al
gato, al gato concreto, cierto y seguro que me visita a menudo.
*
AL CALOR DE NUESTRO OFICIO, de DAVID SORBILLE
“Y siempre habrá un relámpago que abra el
bosque”
Enrique Molina
A Rubén Balseiro
Al calor de nuestro oficio
de ver pasar los años
seguimos descubriendo
que somos una fauna atípica
apenas convencidos que solo
el que sabe habla
negando el verdadero lenguaje
al desconfiar de la conciencia del otro
y burlar su camino interior
como barcos de papel empecinados
en travesías sin sentido
como gaviotas errantes en la oscuridad
pero asombradas todavía
ante los profundos destellos de la vida.
De
repente todo se detuvo y siguió avanzando.
Era
tan simple que nos inventamos teorías conspirativas porque no podíamos aceptar
la idea de nuestra fragilidad tan absoluta.
Y
de repente no importaba la distancia material, desde ella todo era lejano,
justo a nosotros, amantes de lo expuesto, reivindicadores de valores en
vidrieras adueñadas antes de exponerse.
A
nosotros que no podemos confiar en nada de aquello de lo que no vemos hasta
tanto se nos transforme en una necesidad.
Lo
que importaba era una voz, la de alguien que amas para decirte cualquier cosa,
y la voz se transformó en algo que entraba por todos los sentidos y más.
Y
de repente todos fuimos iguales.
Y
de repente todos estuvimos de acuerdo.
Al
principio no bastó, la miseria de nuestra humanidad tampoco tiene diferencias,
y
hay que cuidarse, es poderosa…
Tanto
que llega a oprimir hasta los propios intereses de quien la impera.
*
Y
de repente tuve tanto miedo que agradecí todo el amor que poseía.
Pero
el amor es mucho más fuerte que el miedo, porque el miedo nace del mero
pensamiento de saberse sin amor.
Entonces
de repente encontré la fórmula, abracé con la voz y con palabras a los que
hacen que tenga miedo.
Así,
porque tengo muchos porqués voy a cuidar a mi especie,
para
los que también tienen porqués…
Y
para que nadie se nos pierda por confusas mezquindades que no deben definirnos…
Cuento
con vos, y eso es estar a tiempo.
BELÉN CANTO
Una
ofrenda de corazón
(Basado en
el ejercicio bíblico de “La viuda pobre”)
Daniel
Alonso
Hubo una vez quien estuvo en contra de
las inmoralidades (robos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades,
fraudes y desenfreno) que existían en Palestina. Por esos tiempos, los jefes
religiosos–políticos eran quienes desasistían al pueblo y lo arrojaban a la
pobreza, la impotencia y la desesperanza. En lugar de ser pastores, eran
ladrones y bandidos asalariados. Hubo una vez alguien que escuchó los clamores de
estos marginados y optó por ellos, aun a costa de su vida… Ese fue mi maestro.
El pueblo judío estaba sometido al poder romano, que a su vez ejercía su dominio a
través de su procurador. Las autoridades exigían tributos personales y
territoriales para el César y aportes en especie para el
mantenimiento de sus tropas.
En ese escenario me dirigía a las
clases que daba mi maestro en la gran ermita. Esa cálida tarde, mientras
caminaba por las calles llenas de mercaderes y de ofertas de toda índole, vi
entrar también al templo a una joven madre, acompañada de su pequeño hijo.
Mientras buscaba a mis amigos, pude escucharlos:
─Ven, acércate, hijo, entremos juntos
al templo. ¿Sabes? Tiempo atrás ─le recordó con visible nostalgia─, hice la
promesa de volver. Todavía siento el brazo de tu padre apoyado en mi hombro,
pidiéndole a Dios por la gracia de un hijo.
─¡Es enorme, mamá! ─Impresionado por la
majestuosa construcción, no reparó en las lágrimas de su emocionada madre, que
se inclinó para hacer una reverencia─. Mira esas figuras y esos hombres con
ropas finas: han dejado una fortuna en el arca ─observó el pequeño.
De pronto, como una denuncia profética,
el grito de uno de los sacerdotes anunció pomposamente: "Se ha cumplido el
plazo; ya llega el reinado de Dios. Enmiéndense y tengan fe en esta buena
noticia”.
El niño iba mirando maravillado hacia
ambos lados mientras seguía a su madre. La mujer tomó sus únicas dos monedas y
las echó al arca. El pequeño la miró muy sorprendido y le recriminó:
"¡Madre, has ofrendado nuestras únicas monedas!¿Qué haremos ahora? ¿Porqué
lo has hecho? No somos ricos como mucha gente que ha venido aquí, ni tampoco
tenemos la educación de otros que he visto. Solo nos tenemos a nosotros.
El
niño se mostró gravemente ofendido. Se alejó a una corta distancia, quizás para
que sus lágrimas no fueran vistas. Parecía sofocado de tristeza. A tan solo
unos pasos, me reuní con mi grupo de amigos, quienes estaban de pie oyendo a mi
maestro. Encontrándose el pequeño casualmente detrás de él, intuí que escuchó su
comentario:
“Les
aseguro que fue rica para con Dios. Aunque sin gran educación, una vida llena de
penas y de poca importancia para la sociedad, tenía algo de mucho más valor que
el dinero y las cosas perecederas de esta vida: ¡tenía fe! Por lo tanto, confiaba
en que Dios no la iba a olvidar. Aunque llevara una vida dura y difícil, no
dudó en ningún momento de ofrendar sus dos únicas monedas. Estaba haciendo
tesoros en el cielo; tenía riquezas espirituales de gozo y de esperanza. De
cierto les digo que esta humilde viuda dio más que todos los ricos. Porque
todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo
lo que tenía para vivir".
El rostro del pequeño se iluminó como
si un intenso rayo de luz penetrara en su mente. En sus gestos se vio su ira aniquilada.
Comprendió que hablaban de su madre. Regresó corriendo hacia ella y, aun con
menos capital que un par de monedas, la abrazó fuerte…Le había entregado su
corazón.
"El
cielo y la Tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para
siempre. Dijo mi
maestro".
(Mateo 24:35 )
*
A LUCHAR
COMPATRIOTAS, LAS ARMAS ESTÁN: VIVA LA PATRIA
Iris Amelia Alioto
22-03-2020
Mis queridos compatriotas.
Creo con fervor que tenemos armas PODEROSAS, para
enfrentar este enemigo invisible y maligno
La primera arma: Es el sol y que tengamos un
marzo y abril con temperaturas de calor .
La segunda arma: y no menos poderosa, son las 4.200
religiones que hay en el mundo orando permanentemente
La tercera arma :Es la OBEDIENCIA, a los EXPERTOS
EN LA SALUD . SI ALGÚN FAMILIAR DIRECTO QUE
AMAMOS CON TODO EL
CORAZÓN, padres, hermanos, sobrinos, tíos, amigos, e hijos, etc
y sabríamos :
tan solo, CON LAVARNOS LAS MANOS , Y
QUEDARNOS EN CASA SE SALVARÍAN , de tantas enfermedades
que si conocemos .'NO LO HARÍAMOS'', creo que todo el país lo haría VERDAD.
Este no es momento para pertenecer a un partido
político, sí reconocer y respetar las buenas medidas puesta por
El SEÑOR PRESIDENTE DE NUESTRA HERMOSA
NACIÓN ARGENTINA .MAS NUESTRA GENTE QUE ES
MARAVILLOSAMENTE SOLIDARIA.-
TAMBIÉN PACIENCIA POR LOS NIÑOS ABURRIDOS .
LO MISMO PARA LOS ADULTOS MAYORES .
TENEMOS COMPUTADORAS, CELULARES. PARA
LEVANTAR EL ESPÍRITU.
A NUESTROS PADRES MAYORES: CON UN BUEN DÍA, PAPÁ TE AMO Y VOS PODÉS, MAMÁ TE AMO Y VOS PODÉS.
ESTAS ARMAS NO CUESTAN DINERO, FUERZA,
AMOR ESPERANZA Y OBEDIENCIA QUE ES MADRE DE BENDICIÓN.
A TODOS LOS CREYENTE SIN IMPORTAR SU CREDO,
OREMOS POR LOS CAÍDOS EN PATRIAS QUE SUFRIERON TANTAS
PÉRDIDAS.
*
EL
TAMAÑO DEL TIEMPO
Cuando atravesamos un
tiempo conocido sabemos cuánto dura y cómo se va desplegando…
Podemos dosificarlo.
Reposamos en él como si fuera un colchón de plumas que nos contiene. Ese grosor
que percibimos nos parece interminable. Sin embargo, sabemos que está fijado su
final y que viene lento, lo podemos
prever…Tomamos el timón.
Decantan los minutos y
las horas como pesadas gotas en cámara lenta. Podemos dominar ese tiempo y nada
nos puede sorprender…
Sumergirnos temprano en
la cama y saber que tenemos al menos doce horas que son nuestras, pase lo que
pase y aunque se caiga el mundo… Apagamos los teléfonos y desconectamos los
timbres.
Pueden ser también esas
tres horas que dura un examen, o un vuelo en avión, o estar en una sala de
espera por un turno médico, una larga cola de trámites, la noche cerrada…
En los días de lluvia
sorprenden estos tiempos recoletos de clausura.
Los tiempos desconocidos,
en cambio,tienen una delgadez peligrosa, de esas que se quiebran ante la
provocadora incertidumbre. No nos sostienen sino que nos sorprenden. Nos mueven
el piso y nos otorgan paredes disecadas. Podemos desestabilizarnos ante la
aparición de lo desconocido. Y morir un poco.
Los encontramos cuando
buscamos la adrenalina “del que pase lo que pase igual estará bien”. Nos
arriesgamos sin importarnos el resultado del salto hacia el vacío. ¿Y si sale
bien? Un viaje hacia el Mediterráneo en tiempos de refugiados, atentados y
terremotos puede ser el ejemplo más acabado… O, en tiempos de Coronavirus,
romper la cuarentena...
¿Cuál es el momento en
que nos agrada esta segunda posibilidad?Primero, la miramos de reojo, como
calculando. Es aquel instante de
agobiante tedio en que la contención ya nos molesta y necesitamos un poco de
tambaleante realidad que nos sacuda.
Somos artífices del
tiempo propio, de aquel que nos proveemos sin horarios ni corsés. Somos demiurgos de esas horas o minutos lumínicos y felices, tal
vez de días o de meses si los planetas se alinean.
Los tiempos, los
nuestros, los propios, los ganados y merecidos, no los podemos situar en ningún
espacio, sólo los podemos intuir y disfrutar…Y también mueren, como todo, para volver a nacer con otras formas.
¿Colchón de plumas o piso
tambaleante? ¿Cuál preferís?
Susana Arcilla
Soledad, que palabra
cuanto
contienen esas tres sílabas.
Evoca a
inmensidad, infinito, oscuridad, vacío, frío, tristeza.
Sí, es
verdad, nos transmite todo eso.
Sin
embargo, creo que puede aplicarse también a reflexión, oportunidad de vernos
como somos, inspiración, unción, concentración, meditación.
La
soledad es negativa en el primer caso y positiva en el segundo.
Soledad
es también la de los campos verdes, el río que corre con un sonido acariciador,
los árboles de un pequeño bosque mecidos por la brisa, la luna brillando en la
noche sobre un lago, el universo con sus estrellas y un pájaro volando en lo
alto.
Es
bella o triste la soledad, según con qué ojos la miremos.
Bendita
soledad, que hace escribir a los poetas y a los músicos, pintar a los pintores,
soñar a los soñadores.
Bendita
soledad, no eres mala, solo hay que abrazarte.
Mario Borré
*
GUERRA MUNDIAL 2020
Las pestes del mundo
levantan nuevas fronteras
las banderas se destiñen
las manos se sueltan
los besos mueren sin nacer.
Algunos siguen incrédulos
alimentando a la muerte
otros tienden puentes
con ladrillos de red.
El agua, el sol, el abrazo
recuperan su valor.
Las bolsas del mundo explotan
la tierra respira alivio
nuestros desechos la nutren
los transforma en hierba
en árbol, en flor.
La pesadilla sigue
y no fue Bradbury
ni Borges ni Bodoc
las calles transitadas
solo por el viento
y ángeles con barbijos
que luchan por la vida
no de ellos
de los otros
mientras los ríos se aclaran
el planeta palpita
y la humanidad
comienza a entender...
Maria Fernanda Macimiani©
Comparto poema, Guerra mundial 2020. Con esperanza de que entendamos... #quedatenecasa